El interés de este curso es brindar algunos conceptos básicos de la teoría psicoanalítica.
Conocer con qué herramientas trabaja un psicólogo desde un marco teórico psicoanalítico en el momento de escuchar a un paciente que hace uso de tóxicos.
Cuáles son las posibilidades y alcances que cabe esperar de un tratamiento.
El por qué de una escucha psicoanalítica en el tratamiento de las adicciones.
Los sujetos que hacen uso de tóxicos no pueden acotar un cuerpo que se les subleva. Es el trabajo a realizar en un tratamiento, que este cuerpo deje de estar omnipresente para entrar en una lógica significante. Que pase de ser un organismo a ser un cuerpo hecho de palabras.
Lo que un analista demanda es que el paciente esté en condiciones de hablar, que asista a las sesiones, con una regularidad. Lo demás debe ser una elección del paciente: si decide consultar al médico toxicólogo, hacerse chequeos, etc.
A veces nos encontramos con personas que hacen una consulta médica, y descubren que hay algo que no puede curarse con un medicamento, que necesitan un espacio para hablar.
Con la presentación de ejemplos clínicos se explican algunas situaciones prácticas. Se esboza un análisis de algunos ejemplos de la literatura y del cine. De cómo la creación artística puede ser un recurso eficaz contra el malestar que nos ocasiona la vida.

Profesionales de la salud, Psicólogos, Estudiantes de psicología, medicina, etc. Acompañantes terapéuticos, consejeros, etc. implicados y comprometidos con la problemática de las adicciones.

Los contenidos de este curso se enmarcan desde un abordaje psicoanalítico.
Se fundamenta la elección de este encuadre en función de los discursos operantes en las instituciones asistenciales de salud: donde el discurso Psicoanalítico tiene un lugar preponderante, no sólo desde lo asistencial, sino también en las lecturas que se realizan de las formas de organización y funcionamiento institucional.
El discurso freudo-lacaniano ha conquistado un lugar de relevancia en la práctica clínica con pacientes, como así también en la formación rigurosa de un profesional que trabaja con la salud mental. No puede desconocerse esta teoría a la hora de escuchar a pacientes que vienen a contarnos acerca de un sufrimiento que los aqueja. 
Hablar es la manera posible en que un sujeto puede hacer un tratamiento de su adicción.
Es la propuesta del psicoanálisis: que un sujeto encuentre razones de lo que le ocurre.
El consumo de tóxicos es una de las “soluciones” que algunos sujetos encuentran para arreglárselas con el malestar. No es posible una vida sin angustias, sin desgarros. Pero ¿por qué algunos sujetos desarrollan una adicción? 
La escucha psicoanalítica y la clínica del caso por caso, permite que un sujeto encuentre los motivos que lo llevaron a hacer uso de sustancias tóxicas. 
El psicoanálisis considera al sujeto escindido, atravesado por la falta. Una falta que no puede llenarse y que pone en funcionamiento el deseo. En el tratamiento, el sujeto que dice tener una adicción, debe encontrar un saber sobre su malestar. Por eso el trabajo a realizar es crear las condiciones para que el paciente pueda empezar a hablar y salirse del rótulo “soy adicto”, y de las generalidades, que se plantean en los tratamientos conductuales. 
Las comunidades terapéuticas o granjas no atienden a la singularidad subjetiva ni la situación social particular de cada persona. Y los motivos inconscientes por los que alguien hace uso de tóxicos son rechazados.
En un tratamiento psicoanalítico se dirige la cura para que el paciente encuentre otros modos de “soportar” la vida, tan eficaces como los recursos con los que se había arreglado hasta ahora.