Según Freud “el otro interviene regularmente como modelo, sostén, adversario, y de esta manera, la psicología individual es también, de entrada y simultáneamente, una psicología social, en el sentido amplio pero perfectamente justificado”. Psicología de las Masa y Análisis del Yo.
Estamos actualmente ante una crisis de “puntos de referencia”. Como ustedes lo saben, estamos viviendo una época en que todos hablan de progreso, sobre todo a nivel de las ciencias. Hay múltiples ofertas de bienestar para todo y para todos, pero paradójicamente nos dice Melman “…en ese progreso, existen por lo menos dos campos que han permanecido totalmente arcaicos y marcados para el hombre por una insatisfacción, la misma insatisfacción de siempre: uno de ellos es un campo privado y remite a la insatisfacción propia de la vida conyugal. El otro es un campo público y tiene que ver con el dolor y los traumatismos que nos prodiga la vida política.”
Qué diferencia hay entre el síntoma social y el paciente con que en su singularidad se encuentra el Acompañante Terapéutico?
Nunca como hoy es necesario pensar el mundo en qué vivimos. Sabemos que el avance de las ciencias, no se ha traducido en una mejor calidad de vida para todos.
Desde el punto de vista Psicoanalítico la regulación de nuestra relación con el mundo y con nosotros mismos, lo que nos ordena, no es del orden de la voluntad. Habrán escuchado a los pacientes “lo que me falla es la voluntad”, “no tengo voluntad”. Sabemos que hay una Ley y esta Ley doble (Prohibición del Incesto y Castración), es la que el lenguaje determina. La única manera de devenir humano es tener en cuenta este determinismo que las leyes del lenguaje nos imponen. Lo que constituye nuestro síntoma.
Una vez adquirido este reconocimiento es necesario examinar lo que podemos hacer con ellas. O sea qué hacer con el síntoma. Defendernos?. No se trata de un ordenamiento fatal, tipo destino, ni un ordenamiento ante el cual deberíamos inclinarnos de manera masoquista, sino tratar de encontrar la forma en que estas leyes nos posibiliten otras inscripciones, que generen algo de la resolución de nuestros síntomas, nuestra relación con nosotros mismos, con el mundo, con nuestros semejantes, con el “bienestar”.
Lacan decía que “a lo que el hombre aspira, es al infierno”. Seminario XXI.
Esta llamada globalización, coyuntura histórica que ejerce sobre nuestra subjetividad una impronta que la vemos caracterizada en la violencia, las crisis económicas, reivindicaciones permanentes, la tiranía del consenso, la creencia en la soluciones autoritarias, la exigencia de transparencia, lo mediático, la alienación virtual , Internet, el recurso permanente al derecho en tanto crear nuevas leyes para cada nueva cuestión que surge, anorexias, adicciones, niños hiperactivos…
Puede el psicoanálisis ser de alguna actualidad en este aspecto?. Nos enfrentamos a un sujeto que cree poder hacer tabula rasa de su pasado. Freud nos enseñó que más se recuerda menos se repite. Pero así como no nos curamos de nuestro síntoma, las sociedades no se curan de repetir.
Evidentemente ya no estamos en los tiempos de Freud, en la época victoriana donde la sociedad moralista y disciplinaria, prejuiciosa, dio origen a algunos conceptos como represión y censura. En ese sentido la histeria denunciaba una sociedad signada por la represión. Con los desarreglos de su cuerpo la histeria puso en cuestión a la ciencia de su época, el positivismo y subvirtió el saber establecido.
Hoy día la Psiquiatría borró del DSMIV la patología histérica.
Deberíamos preguntarnos si el síntoma social dominante sigue siendo la neurosis cuando los efectos de la llamada globalización sobre nuestra subjetividad son los mencionados.
En qué goce se entretiene la humanidad? Cuál es el síntoma dominante de nuestra actualidad?
Esas son nuestras preguntas como analistas y esas son la preguntas para aportar a los Acompañantes Terapéuticos; porque una de las reglas fundamentales para todos los que intentemos aproximarnos a un ser humano que sufre es la cuestión ética o sea un juicio sobre nuestras propias acciones, qué estamos haciendo aquí?.