Debemos tener en consideración que la posibilidad de manifestación de la sexualidad de las personas mayores estarán directamente relacionadas con la actitud que haya tenido la persona con la sexualidad a lo largo de toda su vida.
El erotismo es el elemento de la sexualidad que nos remite a las experiencias identificadas como sexuales y se relaciona al comportamiento placentero de las experiencias corporales, no necesaria o exclusivamente genitales. Volvemos a diferenciar la genitalidad de sexualidad y erotismo, entendiendo que en esta etapa de la vida, el erotismo adquirirá mayor fuerza y una nueva lógica en el deseo. Se irán buscando nuevas estrategias para ser sexualmente activo, promoviendo la creatividad en los encuentros sexuales.
La presencia de vínculos eróticos con una pareja es un factor que contribuye a aumentar el bienestar y Calidad de Vida de las personas. Las personas mayores que poseen este tipo de vínculo disfrutan, en general, de una mejor salud física y mental, constituyendo, así, de un factor fundamental de apoyo instrumental y emocional, lo que a su vez se relaciona con unos mayores niveles de bienestar psicológico.
La relación de pareja se transforma cualitativamente a medida que pasa el tiempo, más allá de los aspectos cuantitativos relacionados a la actividad sexual. Las parejas mayores suelen caracterizarse, de esta manera, por altos niveles de compromiso mutuo, de implicación emocional y de confianza. Esta tendencia coincide con los resultados de algunas líneas de investigación, que parecen indicar que las personas mayores valoran más que las jóvenes los aspectos afectivos y emocionales de la vida y de las relaciones personales y, al mismo tiempo, son capaces de regular las propias emociones de manera más eficiente. Esto contribuiría a la presencia de mayores emociones positivas en los matrimonios de larga duración.
En este sentido, Sternberg define la intimidad como el sentimiento de tener un vínculo afectivo especial con la persona amada. Implica promover el bienestar del otro, la comprensión mutua, una comunicación fluida, la compenetración con el otro y el hecho de compartir emociones, valores, gustos o actividades.
Para Sternberg, la intimidad es el componente emocional del amor. El segundo componente, la pasión, haría referencia a la experiencia de necesitar al otro y sentir deseo de él o ella, un deseo que implica una activación fisiológica y, en el caso del amor de pareja, en buena parte un aspecto sexual. La pasión sería el componente motivacional y energético del amor. Por último, el compromiso se refiere a la decisión de mantener la relación con la otra persona, tanto a corto como a largo plazo. Es la disposición a sostener la relación en el tiempo a pesar de las dificultades que se puedan presentar. Sería, para Sternberg, el componente cognitivo del amor. Siguiendo a Sternberg, las relaciones amorosas podrían cambiar con el tiempo y, en concreto, la trayectoria temporal de cada componente podría ser diferente.
En las primeras fases de la relación, el componente de pasión tendería a ser el más importante, para luego declinar de manera muy significativa. En contraste, los componentes de intimidad y compromiso tenderían, partiendo de un nivel inferior, a crecer de manera marcada durante los primeros años (especialmente el componente de intimidad), para luego mantenerse en niveles altos durante el resto de la relación.